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¿Cómo influye el estrés en nuestro colesterol? - Nutrición Palma

La situación generada por la pandemia y sus consecuencias están pasando factura a toda la población en general. Mayores y pequeños, están notando los síntomas que van más allá de lo físico. Esta pandemia está generando situaciones que en muchas ocasiones son difíciles de manejar y, al final se ve afectado lo más importante, nuestra salud emocional. Posiblemente a lo largo de este año y medio hayas tenido síntomas como dolor de cabeza, insomnio frecuente o menor capacidad de concentración que te hayan hecho saltar las alarmas, pero ¿has pensado si a lo mejor lo que tenías era estrés?

Aunque es difícil de cuantificar, es obvio que cada vez más personas tienen cuadros de estrés derivados de la situación laboral, familiar y por todo lo que está aconteciendo; podemos decir que en los tiempos en los que vivimos parece que el estrés forma parte de nuestro día a día.

¿Qué es el estrés?

La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) lo define “como una sobrecarga para el individuo. Esta sobrecarga depende tanto de las demandas de la situación, como de los recursos con los que cuenta el individuo para afrontar dicha situación”.

Además, el estrés puede estar derivado de multitud de situaciones que sirven como estímulo al individuo como, por ejemplo:

  • Catástrofes naturales
  • Separación o divorcio,
  • Pérdida de un ser querido,
  • Ruina económica,
  • Matrimonio,
  • Nacimiento de un hijo…

Ante estas situaciones, las personas pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Estar cada vez más angustiado e irritable
  • Ser incapaz de relajarse o concentrarse,
  • Tener dificultad para desarrollar el trabajo
  • Sentirse cansado, deprimido e intranquilo
  • Tener dificultad para dormir
  • Sufrir problemas físicos como: cardiopatías, trastornos digestivos, aumento de la tensión arterial y dolor de cabeza, aumento del colesterol, trastornos músculo-esqueléticos (lumbalgias y trastornos de los miembros superiores)

Muchos de esos síntomas somos capaces de apreciarlos, pero cuando hablamos del colesterol es más difícil ya que, salvo que nos hagamos una analítica de sangre, no vamos a saber cómo está. Si nuestros resultados demuestran que está alto, lo primero que nos va a sugerir el médico es hacer cambios en nuestra alimentación y realizar ejercicio físico, a priori pueden ser las mejores recomendaciones, pero nunca caemos en la cuenta de que el estrés puede estar detrás de ese aumento.

El colesterol es una sustancia grasa que está presente en todas las células de nuestro cuerpo y es necesario para el buen y normal funcionamiento del organismo.  Se produce, en su mayor parte en el hígado, pero también lo podemos obtener a través de algunos alimentos.

Cuando nos dan los resultados de una analítica nuestra vista se fija en unas siglas que nos indican los dos tipos de colesterol que hay:

  • De baja intensidad (LDL): se encarga de transportar nuevo colesterol desde el hígado a todas las células de nuestro cuerpo.
  • De alta intensidad (HDL): recogen el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado para su almacenamiento o excreción al exterior a través de la bilis.

Según la correlación anterior, es cuando hablamos de dos tipos de colesterol: colesterol bueno y colesterol malo. El primero es el que se une a la partícula HDL transportando el exceso de colesterol de nuevo al hígado para que sea eliminado. El segundo, en cambio es el que tenemos que tener más en cuenta, ya que es colesterol el que se une a las partículas de LDL depositándose en las paredes de las arterias, lo que hará que se formen placas de ateroma.

Por eso es tan importante mantener los niveles de colesterol en sangre por debajo de 240mg/dl, ya que personas con niveles más altos tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Ya hemos hablado del estrés y del colesterol por separado, ahora vamos a ver como es la interacción entre ambos y por qué es tan importante mantener el estrés a raya si queremos gozar de unos niveles bajos de colesterol.

La relación del estrés con el colesterol es más lógica de lo que se piensa, te cuento por qué…el cortisol es la hormona del estrés que, junto con la adrenalina, estimulan la liberación de triglicéridos y ácidos grasos libres, que a la larga pueden aumentar el colesterol LDL.

Por esta razón, si una analítica nos muestra niveles de colesterol altos, podemos hacernos la pregunta de ¿estamos estresados? Para poder, no sólo incidir en la alimentación y en el ejercicio físico, sino también implementar formas de poder mantener el estrés a raya.

¿Qué podemos hacer nosotros para tener el estrés controlado?

Nos hemos acostumbrado quizá tanto a vivir con prisas que a lo mejor no somos realmente conscientes de cuándo estamos bajo los efectos del estrés. Posiblemente hemos normalizado muchos síntomas si darnos cuenta que nos metíamos en una dinámica preocupante. Aunque no es tarea fácil vivir con poco estrés sí sería interesante saber dónde podemos poner el foco para poder bajar sus niveles. De tal manera que, identificar las situaciones predominantes que nos generan estrés y las reacciones corporales asociadas a esas situaciones, sería el mejor paso para conseguir nuestro objetivo. Para ello, es importante escuchar el cuerpo y en qué punto se localiza el estrés, puede ser en los hombros, en la mandíbula, en la cabeza…sólo dándonos cuenta podremos aliviar los síntomas. Muchas veces acudiendo a un fisioterapeuta que nos haga un masaje enfocado a liberar tensión, hará que nos encontremos mejor.

Consejos para aliviar el estrés

Aún así te propongo estos pequeños grandes consejos para que te ayuden:

  • Practica el pensamiento positivo: ten un trato amable contigo mismo.
  • Haz ejercicio: es la mejor forma para reducir el cortisol.
  • Come sano: una buena alimentación basada en alimentos saludables es la mejor receta.
  • Medita: practicar meditación ayuda a conectar con tu cuerpo y a aprender a escucharlo.
  • Dedícate tiempo: opta por no llenar tu agenda todos los días y deja espacios para ti.
  • Reduce todo aquello que te genere estrés en el hogar: cuando todo esté recogido, no limpies sobre limpio.
  • Reduce lo que te genere estrés en el trabajo: prioriza las tareas.

Pequeños pasos pueden generar grandes beneficios sobretodo cuando estamos hablando de algo tan silencioso como el estrés, pero que tiene una gran repercusión en nuestra salud.

Referencias​:

 

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