La vida actual nos aleja de cuidar nuestras necesidades básicas de una forma consciente y esto a su vez nos separa de ese bienestar que tanto deseamos y que tantos beneficios nos aportaría. Cada vez se hace más patente que cuidarse no es un lujo si no que es esencial si queremos estar bien con nosotros mismos.
El autocuidado se postula como el camino para conseguir esa calma, confort, comodidad y, por supuesto, la felicidad interior. De estos beneficios son de los que, cuando hablamos de este tema queremos tener en nuestras vidas. ¿Cuántas de nosotras y nosotros soñamos con disfrutar de momentos que nos aporten tranquilidad? Muchas veces lo postergamos a los fines de semana y, aunque resulta sanador en un primer momento, hay que tener en cuenta que el autocuidado diario y continuado en el tiempo es la clave para vivir la vida en mayor plenitud.
¿Qué entendemos por autocuidado?
La Teoría del Autocuidado fue creada por Dorothea Orem, enfermera, profesora e investigadora estadounidense, en 1994 que la definió como “una actividad aprendida, dirigida hacia nosotros mismos o hacia los demás, con el fin de conseguir un bienestar”.
Aunque parezca en muchas ocasiones que hablar de autocuidado sólo está asociado a la salud, en esta definición nos damos cuenta de la gran amplitud que tiene este concepto.
En el sentido más amplio de la palabra, autocuidado significa tener la capacidad de observarse, analizarse y reconocerse en todas las áreas de uno mismo, siendo éstas la mental, la física, la emocional y la espiritual, para cubrirlas con las acciones más adecuadas con el fin de obtener un mayor bienestar.
Muchas veces pensar que el autocuidado requiere mucha dedicación, tiempo o inversión nos lleva a posponer momentos para nosotros, por ello desmitificar esta creencia errónea nos va a ayudar a implementar pequeños espacios en nuestro día. Si pensamos en el autocuidado como observarse descubrirás que esto no requiere un tiempo mínimo o máximo ni el mejor momento para hacerlo; como en muchas cosas en la vida, a veces “menos es más” por lo que, es más importante estar un minuto en total consciencia que 1 hora haciendo yoga pensado en todo lo que nos falta por hacer.
Es importante resaltar, que cuando hablamos de autocuidado muchas veces pensamos automáticamente en actividades con un coste económico, otro impedimento que nos bloquea para empezar a cuidarnos. De manera que, si quieres empezar a dedicarte unos minutos a ti y hacerlo fácil, toma nota de estas sugerencias:
- De todo el día, busca pequeños momentos que te ayuden a cuidar de ti: al despertar dedicándote el desayuno tranquilamente, despertar con una sonrisa, con una frase de gratitud…estos pequeños gestos no te llevarán más de un minuto, pero repetidos a lo largo de los días, harán que vayas sintiendo más calma.
- Ya sabemos los beneficios de meditar, pero si no tienes tiempo o ganas de hacerlo, te propongo hacer pausas cortas de 1 a 5 minutos a lo largo de día para chequearte y preguntarte cómo estás y qué necesitas para sentirte mejor. Conectar con tus necesidades es la puerta para la búsqueda de estrategias que te ayuden a cubrirlas.
- Hacer algo específico que te encante durante 10 minutos. Es mejor elegir algo que nos ilusiona y nos llena que hacer algo por obligación, aunque ese algo sea correr, por ejemplo.
- Cuidar de tu alimentación es posiblemente el acto de autocuidado más importante. Para ello, dedica un tiempo para planificar la comida de la semana. De esta forma conseguirás no estar estresada y comer mejor.
- Empieza tu día dedicándote unos minutos para cuidarte antes de cuidar a los demás.
¿Cuáles son los beneficios del autocuidado?
Como habrás comprobado las formas más fáciles de autocuidado son las más sencillas, empezar por implementar poco a poco cada una de ellas hará que puedas disfrutar enseguida de sus grandes beneficios que se pueden resumir en los siguientes:
- Gestionas mejor tus emociones,
- conseguirás tener más calma, lo que te ayudará a gritar menos con lo que se traducirá en una mayor tranquilidad a la hora de estar con tus hijos o con las personas más cercanas a ti.
- Te ayuda a conocerte a ti misma mejor, a saber cómo te sientes y qué necesitas.
- Amarte sin condiciones
- Eleva tu autoestima
- Aumenta tu empatía
- Disfrutas de la vida…
Podríamos seguir, porque los beneficios son innumerables, por esta razón es de vital importancia que dediquemos atención al autocuidado como la llave de nuestro bienestar.
Si es importante hablar de beneficios, también creo que hay que dedicar atención a los enemigos del autocuidado para poder identificarlos y que no saboteen nuestras buenas acciones. Estos son:
- Las expectativas: busca que sean alcanzables y reales que te ayuden a poder cumplir lo que te propones, lo que te ayudará a evitar la frustración que genera el no alcanzar algo.
- Habla con tu auto exigencia: pregúntate cada día si lo que haces te lo exiges por obligación o bien estás lo estás eligiendo conscientemente.
- El traje de súper Woman colgado en el armario cada mañana: querer llegar a todo en cada momento es agotador; empieza a priorizar.
- Delegar, que bonito verbo para evitar controlarlo todo: saber delegar te aleja del control y te ayuda a tener más tiempo para ti. Confía en los demás.
- Evita las comparaciones: cada persona es un mundo, única y universal, por eso cada una elige la mejor forma para cuidarse. Así que, opta por lo que mejor se adapte a ti fuera de lo que son las modas.
Que duda cabe que cuidarse a sí mismo es el mayor acto de amor que podamos hacer por nosotros mismos. Alejemos la idea de que sea una obligación más como trabajar, recoger la casa, ayudar a nuestros hijos u otra actividad y, empecemos a verlo con la importancia que realmente tiene, es decir, como la gran herramienta de gestión emocional que es.
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